La tarde del jueves estaba reservada para una velada preciosa de baloncesto femenino europeo. Un partido entre el Gran Canaria 2014 y el Saint Amand Hainaut para decidir quién tenía más números de ser el líder del grupo y así pasar a la siguiente ronda de manera matemática. Pero lo cierto es que poco de eso sucedió y más se convirtió en una mala obra cómica de teatro, con momentos realmente dramáticos y que formarán parte de la historia más oscura de este bonito deporte.
Vayamos por pasos. El partido dirigido por Sergio Silva (Portugal), Asa Johansson (Suecia) y Serghei Tislenco (Macedonia) dio comienzo como estaba previsto a las 19 horas. Salió fuerte el equipo francés llegándose a poner con una ventaja cercana a los diez puntos, incluso dando sensación de notable superioridad. Las amarillas, no obstante, lograron encadenar un par de acciones positivas que las acercaron a dos puntos (12-14). En ese mismo momento y después de la caída de una jugadora amarilla, la pívot Amisha Carter resbaló por el sudor de la jugadora canaria en el parqué, lesionándose con un esguince de rodilla. En ese momento empezó la función. La entrenadora gala, Corinne Bennintendi, se negó a seguir jugando argumentando que había demasiada humedad en la pista como para seguir desarrollando el encuentro con seguridad. Los colegiados, junto con la comisaria de FIBA de nacionalidad inglesa, acordaron que había que suspender el partido y trasladarlo a la cancha auxiliar, que en el caso del Gran Canaria 2014 es el Centro Insular de Deportes. Después de algunos momentos de confusión y de contactos por parte de la directiva amarilla, se pudo concretar el traslado a expensas de las actividades que se estaban desarrollando en la cancha de la Avenida Marítima. Así pues, en una escena de lo más esperpéntico, jugadoras, directiva y aficionados tuvieron que coger diversos medios de transporte para desplazarse los 7 km que separan ambos pabellones.
Una vez llegados aproximadamente a las 20:30 hora locales, se continuó el choque entre ambas escuadras. Ahí se produjo de nuevo un hecho vergonzoso. Ante las protestas del público visitante, la entrenadora , Corinne Bennintendi, se giró hacia la grada y realizó un corte de mangas hacia un aficionado concreto. En ese mismo momento la comisaria que se percató del hecho, obligó a desplazar al aficionado a otra grada, sin sanción ninguna para la preparadora francesa. En el mismo orden de excentricidades las francesas también exigieron el túnel protector para la entrada a vestuarios y acabaron el partido tirando besos a la grada y riéndose de cara al respetable.
El show finalizó con un espectáculo de la entrenadora con la comisaria, ambas indignadas porque no podían obtener el video del encuentro.
A todo esto habría que añadirle el comportamiento vergonzoso de la escuadra de el Saint Amand Hainaut tanto en el hotel de concentración, con peticiones equivalentes a grandes estrellas del rock o el trato a muchos empleados de la instalación donde se desarrolló el partido.
Al final el partido se lo llevaron las francesas por méritos propios, aunque habría que analizar que incidencia han tenido las causas externas en el resultado. Pero también es momento de realizarse algunas preguntas, ¿Por qué no había ninguna autoridad política presente, ni en La Paterna ni en el CID? ¿Tal vez porqué son mujeres? La emisora a la que pertenezco , Radio Marca Gran Canaria, fue la única que ofreció el partido, ¿Dónde están los medios en una competición europea? ¿ Cómo es posible que se expulse a un aficionado a petición del equipo rival? ¿Tan poco respeto se tiene en FIBA al Gran Canaria para que al equipo local se le obligue a cambiar de cancha, se le expulse a un aficionado, se le tome el pelo y sufra un arbitraje vergonzoso? ¿Es realmente cierto lo vivido anoche?
Demasiadas preguntas sin respuesta en una noche vergonzosa para FIBA y su mala organización.
PD: ¿Ahora que el FIBA Techno Center abrirá en Gran Canaria, mejorarán estas cosas?
Fuente: Aridane Ávila (aridaneavila.blogspot.com)
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