Resuelta la incógnita, el finalista español será el Halcón Avenida. El duelo fraticida de semifinales de la Euroliga se resolvió a favor del equipo salmantino en un encuentro lleno de tensión en el que Sancho Lyttle y Alba Torrens fueron las jugadoras decisivas (49-61). El domingo el Avenida se enfrentará al Sparta&k de Moscú y tendrá la ocasión de resarcirse de la derrota sufrida en 2009.
Llegó el día D y la hora H y no había excusas porque había mucho en juego, nada menos que el pase a la gran final de la Euroliga. El clásico se extrapolaba a Europa y se jugaba a más de 4000 kilómetros de lo que es habitual y se dejó la brillantez a un lado para ambos equipos enfundarse el mono de trabajo.
SNELL Y BRUNSON, LAS MÁS ENTONADAS
Para empezar el Ros Casares buscaba a Brunson y el Avenida a Belinda Snell y la australiana era la protagonista del 0-7 inicial. Abrió la cuenta taronja Vesela pero
Brunson y Lima seguían muy activas y la norteamericana consiguió sacar la segunda falta de Sancho Lyttle y mandar a la española al banquillo a los 5 minutos de partido.
Comandado por Brunson, el Ros se puso por delante en el marcador, 10-9. La velocidad inicial del Halcón se vio frenada pese a que Torrens intentó darle su chispa y es que los desajustes defensivos de las salmantinas se los hizo pagar caros el equipo valenciano, 14-11. Mondelo respondió con un tiempo muerto.
Pese a la buena marcha del choque para los intereses valencianos Hejkova no podía esperar a hacer rotaciones interiores. Abromaite daba descanso a Lima, y Erika de Souza se veía con mucha superioridad, sin embargo esa situación no fue especialmente aprovechada por sus compañeras y el Ros Casares cerró el primer acto con ventaja por la mínima, 15-14.
CERROJAZO A LA ZONA
Las ayudas interiores del Ros Casares desesperaron a un Avenida que no encontraba la manera de hacerle llegar balones a la carioca. Y es que en este tramo del partido las defensas se imponían. Volvió Lyttle al partido y eso dio vida a las charras que de manera puntual conseguían sumar y ponerse de nuevo por delante, 19-22 a los 14 minutos de juego.
El partido seguía trabado y Hejkova confió en Vesela para jugar de ala-pívot y emparejarse con Montañana. La checa estuvo muy incisiva y efectiva y además le sacó la tercera personal a la jugadora valenciana del Avenida. Hejkova no paraba de mover fichas y Mondelo actuaba en consecuencia. Con cuentagotas y en acciones de factura poco brillante se seguían añadiendo puntos al luminoso y el que consiguió irse a vestuarios con ventaja por la mínima, 29-28, fue nuevamente el Ros Casares.
DE SOUZA Y TORRENS ABREN BRECHA
Tras el paso por vestuarios, un triple de Torrens y dos buenas acciones de Douglas. El partido parecía que cogía ritmo, y entonces, a los 22 minutos, llegó la tercera personal de Brunson que podía condicionar y mucho el desarrollo del choque. Lima era consciente y se multiplicó en la lucha por el rebote y también hicieron su esfuerzo en esa faceta Abromaite y Douglas. Mucho trabajo costaba lograr cada canasta y a los 26 minutos de juego el marcador seguía presentando un apretado 39-38.
El partido requería más acierto exterior para desatascarse pero éste no llegaba de manera constante. Lawson por parte taronja y De Mondt en las filas charras, fueron las que vieron aro desde más allá de 6,75 metros. Las buenas noticias para Lucas Mondelo era comprobar cómo De Souza volvía mentalmente al choque y Torrens culminaba en 3 segundos una penetración que les mandaba 39-46 al tramo decisivo.
LYTTLE SENTENCIA
Los 7 puntos de ventaja del Halcón no hicieron mejorar la fluidez ofensiva de las salmantinas. Tampoco se vino abajo el Ros Casares que tras 7 minutos consecutivos sin anotar vio como Brunson añadía una acción de 2+1. Pero a Hejkova se le acumulaban los problemas, Lyttle mandaba el +8 al marcador y Brunson cometía su cuarta personal. Era el momento de las grandes jugadoras, Torrens le sacaba tres tiros libres a Abromaite y anotando los tres el partido se le ponía muy de cara al Halcón Avenida (42-53, min. 35). El Ros Casares se quedaba sin margen de error, Douglas optó por la vía rápida, la línea de tres pero no hubo continuidad y las salmantinas, ya sin prisas, y con Lyttle como seguro de vida controló el ritmo del encuentro para llegar a un plácido final.
Articulo original de FEB.es
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